Estudio Biblico
La cultura nos ha enseñado a través de todos los medios de comunicación que el sentido de la vida tiene que ver con el placer (hedonismo), las mujeres, experimentar cosas, tener bienes materiales, ser famoso, tener muchos negocios, ser exitoso, etc. Y cuando nos damos cuenta ya estamos en una carrera consumista donde ya nada nos satisface y vamos creando necesidad tras necesidad.
La experiencia de Salomón nos lleva a la conclusión que nada de lo que plantea la cultura va a hacer que nuestra vida tenga sentido.Por eso, para sacar el máximo provecho a tú vida, para disfrutar tú vida.
En primer lugar, RENUEVA TU FORMA DE PENSAR:
nada de lo que ofrece el mundo hará que nuestra vida tenga sentido.
En segundo lugar, PRACTICA EL CONTENTAMIENTO:
Pablo nos enseña también la doctrina del contentamiento en filipenses 4: 11-12 NTV: “11 No que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. 12 Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. 13 Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo que me fortalece.”
En tercer lugar, tú sacas provecho a tú vida DESCANSANDO Y HAZ EJERCICIO:
Eclesiastés 4:6 NTV: “Sin embargo, es mejor tener un puñado con tranquilidad que tener dos puñados con mucho esfuerzo y perseguir el viento.”
En cuarto lugar, DISFRUTA LOS BIENES QUE POSEES:
En quinto lugar, NO MIRES AL PASADO
En sexto lugar, tú sacas provecho a tú vida DISFRUTANDO LO QUE TIENES Y NO LO QUE NO TIENES
En séptimo lugar, DISFRUTA TÚ ESPOS@
En octavo lugar, APROVECHA LAS OPORTUNIDADES.
Y por último, RESPETA A DIOS.
2:4 Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;
2:5 me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto.
2:6 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.
2:7 Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.
2:8 Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.
2:9 Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría.
2:10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.
2:11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.