Estudio Biblico
En una ocasión un alpinista estaba escalando una montaña y bajo una densa neblina su equipo de seguridad le falló y comenzó a descender rápidamente. Hasta que quedó colgando de uno de sus lazos de seguridad. Este hombre atemorizado comenzó a gritar ¡Dios mío ayúdame…! Y cada vez lo hacía más intensamente, ¡Dios mío ayúdame! Hasta que el Señor le hablo suavemente a su corazón y le dijo “hijo suéltate”, “suéltate” y él siguió gritando ¡Dios mío ayúdame! Pero Dios le seguía respondiendo lo mismo.
Pero desgraciadamente no hizo caso a las palabras de Dios y cuando lo encontraron estaba muerto este hombre. Cuando lo vieron se preguntaron ¿Cómo este hombre no se soltó, si estaba a tan solo un metro de distancia a la tierra?
Frecuentemente las dificultades te sorprenden a mitad de camino, cuando tomas la decisión de ir al otro lado. Por ejemplo, cuando inicias una carrera universitaria, un negocio o un compromiso; debes aprender a asumir el riesgo de enfrentar las tormentas que te sorprenderán en el camino.
Los discípulos al ver la tormenta fácilmente olvidaron la palabra del Señor que iban a cruzar al otro lado y se llenaron de miedo. De igual forma, fácilmente olvidamos las promesas de Dios cuando pasamos por momentos oscuros.
Jesús al ver el miedo de sus discípulos se levantó y con toda autoridad reprendió al viento y al mar. Y los amonestó preguntándoles “¿Por qué están tan llenos de temor? ¿Cómo no tienen fe?”
El temor es el enemigo número uno de la fe. El temor nos frena para tomar decisiones, nos perdemos de grandes bendiciones producto del temor. Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio. El temor contrae castigo, pero el amor de Dios echa fuera el temor. Por temor a las circunstancias presentes nos olvidamos de las grandes promesas que Dios nos ha dado. Y precisamente esto fue lo que les pasó a los discípulos.
¿Tienes miedo a la soledad, miedo a que nadie se fije en ti, miedo a que te digan que no, miedo a perder tu trabajo, miedo a fracasar, miedo a no tener provisión económica?
David en el Salmo 23 y durante un momento difícil de su vida nos dice lo siguiente: “ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida….”
Para reflexionar: ¿Se cumplió la palabra inicial de Jesús? 5: 1. Esta barca puede representar tú vida que va directo al destino que tiene el Señor para ti, no te extrañes si en ese trayecto se presentan tormentas, tormentas que buscan ahogar tú fe, pero ten la seguridad que si Jesús va en tú barca no te hundirás.
¿Crees que Jesús aún tiene el poder para reprender las tormentas de tú vida que buscan ahogar tú fe? ¿Crees en Jesús?
4:36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas.
4:37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.
4:38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?
4:39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
4:40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
4:41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?