Estudio Biblico
Cuando Pablo llegó a Éfeso se encontró con una pequeña iglesia de 12 personas. Y no solamente era pequeña sino que además era débil. Piensa que de esos 12 por ahí 2 o 3 estuvieran bien comprometidos y el resto indiferentes.
Además, Éfeso era una ciudad donde predominaba la hechicería, la brujería y la perversión sexual, una ciudad cargada de mundanalidad; por consiguiente, nos encontramos con una iglesia oprimida y sofocada por su propio ambiente.
Y esto se convierte en una montaña imposible de mover ¿Cómo impactamos la ciudad? ¿Cómo impacto mi familia? ¿Cómo hago para que crean en medio de tanto escepticismo y de tanto pecado? Pablo conocía la fórmula secreta para que la iglesia saliera de esa condición y se convirtiera en una iglesia influyente en la sociedad.
Pablo a través del pasaje que leímos hoy enseña que la cura no es algo, no es un método, ni una estrategia; es alguien. Es la persona y obra del Espíritu Santo.
La iglesia de Éfeso necesitaba 2 tratamientos:
1. Necesitaban corregir su conocimiento acerca del Espíritu Santo.
2. Necesitaban experimentar el poder del Espíritu Santo.
Pablo explicó ambos temas: vs 4 y 6.
Y por espacio de dos años estuvo en esa iglesia enseñando y ministrando la llenura del Espíritu Santo y los resultados fueron contundentes. Hechos 19: 10-12, 17-20.
Para reflexionar: Solamente cuando seas llenos del Espíritu Santo, entonces tendrás la fuerza para resistir los efectos de tú ambiente. A su vez, con la llenura del Espíritu, tendrás poder para impactar, cambiar tú ciudad y tú nación para Cristo.
Dios toma los pequeños comienzos y los transforma en grandes e influyentes iglesias.
19:2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
19:3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
19:4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
19:5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
19:6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
19:7 Eran por todos unos doce hombres.