Estudio Biblico
En el contexto del deporte muchos jugadores son excelentes, pero nunca han sido parte de un equipo. Es decir, son la suma de individualidades pero nunca fueron parte de un cuerpo. Por ejemplo, uno ve que hay equipos que si no están esos jugadores, el equipo no funciona, porque una cosa es jugar en función del jugador y otra muy diferente es jugar en función del equipo.
Y esto nos habla a nosotros hoy. Creo que hay mucha gente que a veces viene a la iglesia y son personas excelentes, con grandes talentos pero nunca se conectan a la iglesia.
En el pasaje que leímos, el Apóstol Pablo explica claramente que la iglesia es vista como un cuerpo. Donde Cristo es la cabeza y nosotros somos miembros cada uno en particular de dicho cuerpo. Por lo tanto la Iglesia no puede ser vista como:
- Un club social.
- Tampoco es una organización donde el pastor es el Gerente y los demás son sus subalternos.
- Tampoco es un edificio.
La Iglesia es un organismo vivo que naturalmente crece, se alimenta pero también se enferma impidiendo su multiplicación. El cuerpo de cristo está vivo, actúa, se mueve, tiene partes y cada uno de nosotros somos parte de ese cuerpo, somos parte del equipo del señor Jesús.
¿Cómo te puedes sentir parte del equipo ganador?
1. para sentirte parte del equipo ganador lo primero que tienes q hacer es ponerte la camiseta. Para ser parte del equipo tienes que ponerte la camiseta en las buenas y en las malas. Y lo mismo sucede en la Iglesia. Tú no solamente tienes que visitar tú iglesia, tienes que ser parte de tú iglesia.
2. lo segundo que tienes que hacer para sentirte parte del equipo ganador es que tienes que decidir adónde vas a jugar. Vs 18. El cuerpo tiene muchas partes y Dios nos pone donde Él quiere. Por consiguiente, cada uno de nosotros tenemos que determinar cuál es el don y el talento que Dios nos ha regalado y colocarlo al servicio de la Iglesia.
3. y por ultimo: tienes que entrar al campo de juego. Hay que meterse a jugar. Entonces si quieres sentirte exitoso y parte del equipo ganador tienes que entrar a jugar. Vs 27 Tienes que ser parte no puedes ser un espectador más.
Para reflexionar: a veces nos sentimos como desconectados del cuerpo, venimos a la iglesia como participantes (como cuando nos queda tiempo), vamos a la iglesia como si fuéramos al cine (muy esporádicamente) y nos convertimos en los jueces o espectadores de la iglesia. Y como espectadores que fácil es juzgar desde la tribuna, pero cuando nos metemos al campo de juego, toca sudarla, correr, recibir golpes, caídas, vivir y sentir emociones que solo los que son parte del equipo pueden sentir.
Son 22 jugadores que desesperadamente piden un descanso, frente a 40 mil espectadores que necesitan hacer ejercicio. Y en la iglesia pasa lo mismo siempre habrán personas que desesperadamente necesitarán un descanso pero otros que desesperadamente necesitarán ponerse a hacer algo.
¿Qué estás haciendo por el avance de tu iglesia local?
12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
12:14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.
12:15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
12:16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
12:17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
12:18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.
12:19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
12:20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
12:21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
12:22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;
12:23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro.
12:24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba,
12:25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros.
12:26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
12:27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.