Vv. 10—19. Cuando estemos confundidos, es mejor mantener nuestra paz, porque tendemos a hablar desconsideradamente. Sin embargo, puede haber fe verdadera donde hay obras de incredulidad; pero entonces prevalecerá la fe; siendo humillados por nuestra desconfianza en la palabra de Dios, experimentaremos su fidelidad a ella. —¿Qué puede el pecador perdonado, o qué pueden quienes han sido librados de trastornos o angustias, rendirle al Señor por sus beneficios? No podemos aprovecharnos de Él en ninguna forma. El mejor de nosotros es indigno de su aceptación, pero debemos consagrarnos a su servicio, nosotros mismos, y todo lo que tenemos. —Yo tomaré la copa de la salvación; yo presentaré las libaciones designadas por la ley, como señal de gratitud a Dios, y me regocijaré en la bondad de Dios para conmigo.
Recibir la copa de la aflicción; esa copa, la copa amarga que es santificada para los santos, de modo que para ellos es copa de salvación; es un medio de salud espiritual. La copa de consolación; recibiré los beneficios que Dios me otorga como de su mano y gustaré su amor en ellos, no sólo como porción de mi herencia en el otro mundo, sino de mi copa en este. —Que los demás sirvan a los amos que quieran, yo soy verdaderamente tu siervo.
Hay dos maneras en que los hombres llegan a ser siervos. Por nacimiento. Señor, yo nací en tu casa; yo soy el hijo de tu sierva y, por tanto, soy tuyo. Gran misericordia es ser hijo de padres santos. Por redención. Señor, tú has soltado mis ataduras, tú me descargaste de ellas, por tanto, yo soy tu siervo. Las ataduras que soltaste me unirán más firmes a ti. Hacer el bien es el sacrificio con el cual Dios se complace; y debe acompañar a la acción de gracias dirigida a su nombre. ¿Por qué debemos ofrecer al Señor eso que nada nos cuesta? El salmista pagará ahora sus votos; él no demorará el pago públicamente, no para jactancia, sino para mostrar que no se avergüenza del servicio de Dios, y para invitar a los demás a que se le unan. Tales son los santos verdaderos de Dios, en cuya vida y muerte Él será glorificado.