Comentario de Matthew Henry | Salmos 22:1-10 | 0 | 1226
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Comentario Salmos 22:1-10 Lamento del desaliento - Salmos 22:1-10

Estudio Biblico

Vv. 1—10. En este salmo, el Espíritu de Cristo que estaba en los profetas testifica clara y plenamente de los sufrimientos de Cristo y la gloria que seguiría. —Tenemos un doloroso lamento porque Dios se ha retirado. Esto se puede aplicar a cualquier hijo de Dios, aplastado, abrumado con pena y terror. Las deserciones espirituales son las aflicciones más dolorosas de los santos; pero hasta su queja por estas cargas es una señal de vida espiritual y del ejercicio de los sentidos espirituales. Clamar: ¿Dios mío por qué estoy enfermo? ¿Por qué estoy pobre?, tiene sabor a descontento y mundanalidad. Pero: ¿Por qué me has abandonado? es el lenguaje de un corazón que ata su felicidad al favor de Dios. —Esto debe aplicarse a Cristo. Con las primeras palabras de esta queja derramó su alma ante Dios cuando estaba en la cruz, Mateo xxvii, 46. 
Siendo verdadero hombre, Cristo sintió una indisposición natural a pasar a través de tan grandes dolores, pero prevalecieron su celo y amor. Cristo declara la santidad de Dios, su Padre celestial, en sus sufrimientos más agudos; sí, los declara como prueba de aquello por lo cual sería perpetuamente alabado por su Israel, más que por todas las otras liberaciones que recibieron. Nunca nadie que esperó en ti, fue avergonzado de su esperanza; nunca nadie que te buscó, te buscó en vano. —Aquí hay un lamento por el desprecio y oprobio de los hombres. El Salvador habla del estado de rechazo al cual estaba reducido. La historia de los sufrimientos de Cristo y de su nacimiento explica esta profecía.

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PASAJE BIBLICO

Salmos 22
22:1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

22:2 Dios mío, clamo de día, y no respondes;Y de noche, y no hay para mí reposo.

22:3 Pero tú eres santo,Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

22:4 En ti esperaron nuestros padres;Esperaron, y tú los libraste.

22:5 Clamaron a ti, y fueron librados;Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

22:6 Mas yo soy gusano, y no hombre;Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

22:7 Todos los que me ven me escarnecen;Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:

22:8 Se encomendó a Jehová; líbrele él;Sálvele, puesto que en él se complacía.

22:9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

22:10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer;Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

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