Vv. 17—19. Aquí Cristo es más detallado que antes para predecir sus sufrimientos. Aquí, como
antes, agrega la mención de su resurrección y su gloria, a la de su muerte y sus sufrimientos, para dar
ánimo a sus discípulos, y consolarlos. Una manera de ver a nuestro Redentor una vez crucificado y
ahora glorificado con fe, es buena para humillar la disposición orgullosa que se justifica a sí misma.
Cuando consideramos la necesidad de la humillación y sufrimientos del Hijo de Dios, para la
salvación de los pecadores perecederos, ciertamente debemos darnos cuenta de la liberalidad y de las
riquezas de la gracia divina en nuestra salvación.