Si usted hiciera una lista de las cosas que más quiere en la vida, ¿sería un espíritu de discernimiento una de ellas? El Señor da un gran valor a este atributo, y quiere que todos lo tengamos. Si no lo tenemos, tomaremos decisiones equivocadas. El discernimiento es la capacidad de darse cuenta de lo que no es obvio o evidente. Por ejemplo, ¿puede usted señalar la diferencia entre legalismo y libertad? Dios nos llama a vivir de acuerdo con nuestras convicciones personales, pero no todas ellas son... Ver Mas
Vv. 1—9. Quienes buscan fervorosamente la sabiduría celestial nunca se quejarán de haber perdido su esfuerzo; la libertad del don no elimina la necesidad de nuestra diligencia, Juan vi, 27. —Buscad y hallaréis; pedid y se os dará. Obsérvese a los que así son favorecidos. Ellos son los justos, en quienes es renovada la imagen de Dios que consiste en justicia. Si dependemos de Dios y vamos en pos de la sabiduría, Él nos capacitará para guardar las sendas del juicio. Ver Mas
Los estudios han demostrado que mientras los bebés están en nuestro vientre son afectados por las emociones que nosotras, las madres, tenemos. Por ejemplo, una amiga en Honduras me contaba como casi da a luz a su bebé de 6 meses de gestación al enterarse del secuestro de su esposo, porque sus emociones afectaron su embarazo. Pero esto es cierto también con las emociones menos «dramáticas». Los bebés sienten, dentro de la panza de la mamá, todo lo que ella está sintiendo. Aun luego del nacimiento... Ver Mas
DAVE KRAFTEl problemaEnfrentamos un problema en la cultura acelerada, en cambio constante y totalmente caótica que nos rodea, que no nos deja tiempo para recuperar el aliento. El problema con el que todos lidiamos hasta cierto punto es que hemos olvidado cómo honrar el concepto del sabbat.Desde la creación, el Señor nos ha mandado y amonestado a construir buenos ritmos de trabajo y descanso. Para empezar, nos ha pedido trabajar seis días y descansar el séptimo. La conectividad constante de... Ver Mas
En algún momento, todos nos hemos sentido confundidos, indecisos o desorientados. Podemos vivir victoriosa y confiadamente solo cuando tenemos la capacidad de ver la vida desde la perspectiva de Dios. Necesitamos su ayuda para poder distinguir entre el bien y el mal, lo bueno y lo mejor, y la verdad y la mentira.Cada día tomamos decisiones, algunas triviales y otras importantes. El Señor no quiere que nos formemos juicios basándonos en simples apariencias o en el limitado razonamiento humano. Di... Ver Mas
A lo largo de la historia de la humanidad, el cielo fue la morada de Dios, y excepto por unos pocos encuentros en persona (como con Abraham, Agar y Jacob), Él parecería estar muy lejano para la mayoría de la gente. Por tanto, el Señor venía a los israelitas en una columna de nube y fuego, y más tarde en el tabernáculo y el templo. Pero con el tiempo haría algo nuevo y aun más extraordinario: vendría al mundo y viviría como hombre.Antes de que este Dios-hombre naciera, le fueron dados dos nombres... Ver Mas
Está en una palabra que Jesús estaba diciendo a un pueblo judío que estaba cansado, esclavizado por una religión, deseosos de algo nuevo y diferente, algo que nos motive a creer y a amar a Dios, una verdadera libertad. Por mucho tiempo hemos llevado cargas sobre nuestras vidas, el ser humano busca la manera de poder hallar este descanso: huyen de los problemas, renuncian a sus obligaciones, hacen meditación, yoga, pero nada de esto ha surtido efectos profundos en nuestras vidas. La invitació... Ver Mas
La enfermedad no es un problema. Es el resultado final de una serie de cargas que llevamos sobre nuestra vida. Existen una serie de acontecimientos en la vida a los que todos en algún momento tenemos que enfrentarnos: enfermedades, fallecimientos de familiares, problemas económicos, crisis conyugales, conflictos de trabajo. Pero hay dos áreas donde se crean las tensiones y las cargas más fuertes en una persona: LA FAMILIAR Y LA ECONOMICA.Y es en ese momento de tensión donde necesitamos ayuda. ¿C... Ver Mas
PASAJE BIBLICO
Mateo 11
11:25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
11:26 Sí, Padre, porque así te agradó.
11:27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
11:29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;