Vv. 21—26. Los maestros judíos habían enseñado que nada, salvo el homicidio, era prohibido
por el sexto mandamiento. Así, eliminaban su significado espiritual. Cristo mostró el significado
completo de este mandamiento; conforme al cual debemos ser juzgados en el más allá y, por tanto,
debiera ser obedecido ahora. Toda ira precipitada es homicidio en el corazón. Por nuestro hermano,
aquí escrito, debemos entender a cualquier persona, aunque muy por debajo de nosotros, porque
somos todos hechos de una sangre. “Necio” es una palabra de burla que viene del orgullo; “Tú eres
un necio” es palabra desdeñosa que viene del odio. La calumnia y las censuras maliciosas son
veneno que mata secreta y lentamente. Cristo les dijo que por ligeros que consideraran estos
pecados, ciertamente serían llamados a juicio por ellos. Debemos conservar cuidadosamente el amor
y la paz cristianas con todos nuestros hermanos; y, si en algún momento, hay una pelea, debemos
confesar nuestra falta, humillarnos a nuestro hermano, haciendo u ofreciendo satisfacción por el mal
hecho de palabra u obra: y debemos hacer esto rápidamente porque hasta que lo hagamos, no
seremos aptos para nuestra comunión con Dios en las santas ordenanzas. Cuando nos estamos
preparando para algún ejercicio religioso bueno es que nosotros hagamos de esto una ocasión para
reflexionar y examinarnos con seriedad. —Lo que aquí se dice es muy aplicable a nuestro ser
reconciliados con Dios por medio de Cristo. Mientras estemos vivos, estamos en camino a su trono
de juicio, después de la muerte, será demasiado tarde. Cuando consideramos la importancia del caso,
y la incertidumbre de la vida, ¡cuán necesario es buscar la paz con Dios sin demora!