Estudio Biblico
¿Qué es la depresión?
Según la OMS (Organización mundial de la Salud): La depresión es un trastorno mental muy frecuente que hoy en día afecta a la mayoría de la población mundial (y no respeta edad), que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.
El Salmista David también define la depresión como: “un hoyo de desesperación” Salmo 40: 2 NTV “el Señor me sacó del hoyo de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó.” La depresión es una de las armas más destructivas de Satanás, Hay una voz que te dice quítese la vida. El diablo lanza contra nuestra mente sus dardos de injuria, insultos, rechazo contra nosotros mismos; por eso es necesario estar armados con toda la armadura de Dios porque una pieza de ella es el casco de la salvación que protege nuestros pensamientos.
Nos deprimimos también, porque no hacemos un proceso de perdón en el momento en que somos rechazados o heridos. Si acumulamos amargura, el resultado será una vida de tristeza y soledad. la depresión, afecta totalmente a la persona, determina como se ve a sí misma. La persona deprimida tiene un concepto pesimista de la vida, le parece que todo es gris o negro. Las cosas insignificantes que le suceden en la vida aumentan sus sentimientos depresivos.
Hay algunas herramientas que le pueden ayudar a vencer la depresión:
I. Leer la Palabra de Dios todos los días.
II. Apártese de personas depresivas, temerosas y negativas. Los sentimientos negativos son contagiosos. No podemos enfrentar nuestras luchas si estamos mal rodeados.
III. Rodéese de personas alegres.
IV. No sea orgulloso. Y reconozca que necesita la ayuda de otros. ¿si Jesús lo hizo cuanto más nosotros?
V. Perdone cualquier ofensa.
VI. Seleccione cuidadosamente el tipo de música que usted va a escuchar. Proverbios 25: 20 NVI “Dedicarle canciones al corazón afligido es como echarle vinagre a una herida o como andar desabrigado en un día de frío.”