Sea sordo a la incredulidad - Salmos 38:12-13

Todos tenemos pensamientos desalentadores que nos dicen lo que no podemos hacer, cómo no vamos a mejorar ni a tener éxito. A veces, las personas dirán palabras negativas, dirán cosas que pueden limitar nuestro destino. Si dejamos que los comentarios negativos jueguen en nuestra mente, evitarán que nos convirtamos en quienes fuimos creados para ser. Nadie puede hacerte pensar en algo. Tienes la oportunidad de elegir en qué te preocupas. Cuando esas mentiras vienen diciendo: "No eres atractivo. No tienes una buena personalidad. Eres demasiado mayor", puedes pensar en ello y dejar que te envenene, o puedes ignorarlo.

En las Escrituras, David tenía personas que hablaban constantemente de su derrota y se enfrentaban a pensamientos que decían que nunca alcanzaría su destino. ¿Cómo mantuvo su mente llena de fe? Él dice: "Mis enemigos me tienden trampas; todo el día dicen cosas engañosas. Pero yo soy como un sordo, no oigo nada" (Salmo 38: 12-13). Si va a alcanzar su potencial, debe volverse sordo a lo negativo. Cuando la gente habla de derrota y surgen pensamientos desalentadores, no le des la hora del día. Déjelo entrar por un oído y salir por el otro.

El apóstol Pablo dice: "¿Y qué si no creen? ¿Su incredulidad invalidará tu fe?" (Romanos 3: 3). A veces queremos que la gente crea en nosotros que nunca será para nosotros. Anhelamos que un miembro de la familia nos anime, que un amigo nos anime, pero es todo lo contrario. Tienes que decir como lo hizo Pablo: "¿Y qué pasa si no creen? Los amo, pero voy a ser sordo a su incredulidad". Estas son pruebas que tenemos que pasar. Habrá escépticos, detractores, personas cercanas a ti que no creen que puedas lograr lo que Dios puso en tu corazón. No necesitas que crean en ti. No te pusieron el sueño.

Sea respetuoso, pero sea sordo a su incredulidad. Cuanto más rápido se deshaga de él, mejor será. Si te detienes en ello, se convertirá en una mentira que infectará tu pensamiento. No puedes jugar a la derrota en tu mente y tener la victoria. No puedes pensar en la enfermedad y tener salud. No puedes detenerte en pensamientos de escasez y tener abundancia. La forma de evitar la infección es insistiendo en lo que Dios dice sobre ti: "Eres fuerte. Tienes talento. Eres valioso. Tu futuro es brillante. Tus sueños están en camino". La próxima vez que venga una de esas mentiras, simplemente diga "No, gracias. Eso no es para mí". Empiece a ser sordo a lo negativo, sordo a los pensamientos desalentadores, sordo a los detractores.