Comentario de Matthew Henry | Numeros 22:22-35 | 0 | 4761
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Comentario Números 22: 22-35. La oposición a Balaam en el camino. - Numeros 22:22-35

Estudio Biblico

Vv. 22-35. No debemos pensar que puesto que, por su providencia, no siempre Dios detiene a los
hombres en su pecado, lo apruebe, o que no le sea aborrecible. Los santos ángeles se oponen al
pecado y, quizás, sean empleados para evitarlo más de lo que nos damos cuenta. Este ángel era un
adversario para Balaam, porque éste lo contó como tal; los que detienen nuestro avance por los
caminos del pecado son realmente nuestros mejores amigos y debemos reconocerlos como tales. —
La asna avisa a Balaam del desagrado de Dios. Es común que los que tienen el corazón totalmente
dispuestos para hacer lo malo, sigan adelante con violencia por entre las dificultades que la
Providencia pone en su camino. El Señor abrió la boca de la asna. Este fue un gran milagro obrado
por el poder de Dios. Él que hizo hablar al hombre puede, cuando le place, hacer hablar al asno con
la voz del hombre. La asna se quejó de la crueldad de Balaam. El justo Dios no permite que sea
maltratado el más débil o menor y si ellos no hablan en su propia defensa, Él hablará por ellos en
una u otra forma. —Al final Balaam abrió los ojos. Dios tiene muchas maneras de abatir el corazón
duro y enaltecido. Cuando nuestros ojos se abren vemos el peligro de los caminos pecaminosos, y
cuán ventajoso fuera para nosotros haber sido detenidos. Balaam pareció transigir: Yo he pecado;
pero no parece que fuera sensible a esta maldad de su corazón ni estuviera dispuesto a admitirla. Si
halla que no puede seguir adelante, se contentará con regresar, puesto que no hay remedio. Así, pues,
muchos abandonan sus pecados sólo porque sus pecados los han abandonado a ellos. El ángel
declaró que él no sólo debía ser incapaz de maldecir a Israel, sino que sería forzado a bendecirlo:
esto sería más para la gloria de Dios y para su propia confusión que si se hubiera arrepentido.

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PASAJE BIBLICO

Numeros 22
22:22 Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos.

22:23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.

22:24 Pero el ángel de Jehová se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared al otro.

22:25 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el pie de Balaam; y él volvió a azotarla.

22:26 Y el ángel de Jehová pasó más allá, y se puso en una angostura donde no había camino para apartarse ni a derecha ni a izquierda.

22:27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo.

22:28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces?

22:29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!

22:30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo? Y él respondió: No.

22:31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.

22:32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí.

22:33 El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mí estas tres veces; y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva.

22:34 Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; mas ahora, si te parece mal, yo me volveré.

22:35 Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac.

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