Estudio Biblico
El gozo del Señor es nuestra fortaleza. —Nehemías 8:10
Cuando atravesamos tiempos difíciles, podemos tomar alguna acción para liberar el gozo antes de comenzar a caer en la desesperación. Podemos empezar a regocijarnos, nos guste o no. Es como impulsar repetidamente una manija de agua hacia arriba y hacia abajo hasta que la bomba se activa y el agua comience a fluir.
Recuerdo que mis abuelos tenían una bomba de agua de antaño. Recuerdo estar parada en el fregadero cuando era una niña, moviendo la manija de la bomba hacia arriba y hacia abajo y a veces, sentía como si nunca comenzara a suministrar agua. De hecho, se sentía como si no se estuviera conectando a nada, y solo estaba bombeando aire.
Pero si no me rendía, mover la manija hacia arriba y hacia abajo pronto se volvería más difícil. Esa era la señal de que el agua comenzaría a fluir en breve.
Así es con el gozo. Tenemos un pozo de agua en el interior de nuestro espíritu. La palanca de la bomba para sacarlo a colación son las decisiones que tomamos: sonreír, cantar, reír, etc. Al principio, las expresiones físicas pueden parecer que no están haciendo ningún bien. Y después de un tiempo se vuelven aún más difícil, pero si seguimos así, pronto tendremos un «brote» de alegría.
El gozo del Señor es tu fortaleza. Puedes elegir ser fuerte eligiendo vivir con alegría.