Es muy común ver a muchas familias ostentar las abundantes cenas en ocasiones especiales del año, donde se tiene en cuenta hasta el más mínimo detalle, con el fin de adornar con elegancia y sofisticación, cumpleaños, bodas, navidad, año nuevo, entre otras celebraciones donde se comparten experiencias y risas sin parar. Sin embargo el resto del año el comedor es escenario de niños comiendo en compañía de sus videos favoritos, algunos adolescentes comen en la habitación viendo series, y algunos padres comen en el trabajo o comen en casa viendo las noticias mientras mamá come de afán y por poquitos en la cocina, pero las risas y anécdotas brillan por su ausencia.
El compartir en familia es muy importante si desea tener un hogar saludable, Jesús nos enseña que sus comidas normalmente eran lo que ahora se conoce como tipo picnic, todos reclinados, relajados , conversando, unos reclinados sobre otros mientras escuchan, los aires de elegancia, protocolo y formalidad están lejos del panorama que se pinta en escenas como la ultima cena o cuando Jesús come con pecadores en Mateo 9: 9 Cuando Jesús salió de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado cobrando impuestos para el gobierno de Roma. Entonces Jesús le dijo: «Sígueme». Mateo se levantó y lo siguió. 10 Ese mismo día, Jesús y sus discípulos fueron a comer a casa de Mateo. Allí también estaban comiendo otros cobradores de impuestos y gente de mala fama. 11 Cuando algunos fariseos vieron a toda esa gente, les preguntaron a los discípulos: —¿Por qué su maestro come con cobradores de impuestos y con pecadores? 12 Jesús oyó lo que decían los fariseos y les dijo: —Los que necesitan del médico son los enfermos, no los que están sanos. 13 Mejor vayan y traten de averiguar lo que Dios quiso decir con estas palabras: “Prefiero que sean compasivos con la gente, y no que me traigan ofrendas”. Yo vine a invitar a los pecadores para que sean mis discípulos, no a los que se creen buenos.
¿Y si empezamos por ser compasivos inicialmente con los que viven bajo nuestro techo? Podemos hacerlo mirando a los ojos mientras nos cuentan sus experiencias en el transcurso de su día, y haciéndoles sentir apoyados e importantes, también podemos hacerlo en nuestras oraciones, evitar palabras tan elaboradas y elegantes, y reemplazarlas por palabras sinceras, respetuosas y humildes, la sencillez nos permitirá conocer más a Dios.
No digo que esté mal utilizar etiqueta y protocolo en nuestro diario vivir, la mayoría de esas normas nos permiten tener un comportamiento adecuado para alimentarnos, el orden y la limpieza son agradables para Dios, sin embargo es mas importante que nuestro corazón viva en orden y esté limpio, de esta manera florecerá todo a nuestro alrededor
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.