Confesar la verdad - Marcos 9:24-0
Estudio Biblico
Para sacarle el máximo provecho a este devocional, lea los pasajes a los que se hacen referencia.
Una confesión no siempre es una admisión de culpa; también puede ser una proclamación de la verdad. Las confesiones de fe a veces son formales, pero también pueden ser una frase espontánea. Pensemos en la mujer que sufría de una hemorragia y que, al acercarse al Señor Jesús, dijo: “Si tan solo toco su manto, sanaré” (Mt 9.21 LBLA). Y en el hombre cuyo hijo estaba poseído por un espíritu maligno, que proclamó: “Creo; ayúdame en mi incredulidad” (Mr 9.24 LBLA).
La mujer se muestra confiada, y a veces ese es el beneficio que proporciona una confesión de fe: la seguridad de quién es Dios. Pero también es posible que sus palabras fueran pronunciadas como una oración o una esperanza desesperada de que se cumplieran, no como la declaración aparentemente contradictoria del padre. Sin embargo, ambas declaraciones demuestran una fe que podría servir de ancla durante las dificultades. Cuando nos sentimos desesperanzados, una confesión de fe puede sostenernos, ya sea que estemos seguros de quién es Dios o de que tengamos la esperanza de que actúe en nuestra vida.
PIENSE EN ESTO
A pesar de todo lo que está pasando en su vida hoy, ¿qué sabe acerca de Dios?
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