Mi esposa y yo celebramos recientemente nuestro aniversario de bodas. Intercambiamos regalos, vimos el video de nuestra boda y disfrutamos de una cena romántica juntos. Tuvimos un tiempo de oración y le agradecimos a Dios por nuestro matrimonio y le pedimos muchas décadas más juntos.
Reflexionamos en lo bueno y lo malo de nuestro día de bodas. También en lo gracioso, como cuando el pastor bromeó conmigo por citar a Charles Spurgeon en mis votos matrimoniales. Nuestro aniversario es un día para regocijarnos en la bondad de Dios.
Desearía poder decir que esto es lo que toda pareja cristiana experimenta.
En mi labor como pastor he visto y escuchado mucho sobre la dura realidad de lo que muchos cristianos soportan en su matrimonio. Me rompe el corazón. Pero parte de este dolor se puede evitar si los solteros que se quieren casar tuvieran un mejor entendimiento de qué deben buscar en un cónyuge.
Lo que una vez creí
Yo solía dar consejos matrimoniales de esta manera:
Cásate con alguien que sea cristiano.
Cásate pensando en la atracción mutua.
Si hay fe y atracción mutua, entonces considera el matrimonio.
Mi objetivo al dar este tipo de consejo era evitar la espiritualización excesiva que a menudo caracteriza a los noviazgos cristianos. Quería alentar a los hombres a que se hicieran hombres y que invitaran a una cita a una de las muchas mujeres valiosas a su alrededor.
Pero ahora descubro que este consejo es simplista.
Aunque algunos no estén de acuerdo, todavía pienso que no debes casarte con alguien que no encuentres atractivo. Esto hará que la intimidad en el matrimonio sea dolorosamente decepcionante. Pero aunque la fe mutua y la atracción romántica (en ese orden) son prerrequisitos para el matrimonio cristiano, ahora veo que hay más rasgos que buscar en un cónyuge si no quieres ser miserable después de decir «Sí, acepto».
¿Cuáles son?
1. Mira al futuro, no al pasado.
Él fue miembro activo de una pandilla en Los Ángeles durante varios años. Robaba, agredía y cometía injusticias. Pero ahora es un pastor presbiteriano, un maravilloso esposo y padre, y un nuevo abuelo. Mi amigo es un buen recordatorio de que Jesús puede cambiar la vida de cualquiera y que el pasado de alguien no es tan importante como su futuro.
La vida de alguien antes de caminar con Dios no es tan importante como hacia dónde se dirige ahora que está caminando con Dios.
Esto puede significar que tu futuro cónyuge tendrá una historia sexual o incluso un hijo. Hay muchos hombres solteros en la iglesia que descartan a alguien para casarse, que de otra manera sería una increíble pareja matrimonial, porque ella estuvo en una relación sexual y no cristiana en el pasado.
Muchos cristianos se guardan para el matrimonio (que es lo correcto), pero son clasistas y tibios en la fe (que no es correcto). Por el contrario, muchos para los que el sexo prematrimonial es parte de su historia son increíblemente piadosos. La segunda persona siempre será un mejor cónyuge.
Cuando la mujer pecadora demostró su fe en Jesús besando y ungiendo Sus pies después de llorar en Su presencia, un fariseo cuestionó Su conocimiento de la mujer (Lc 7:36-50). Pero Jesús conocía todo su pasado pecaminoso y eligió, con gusto, perdonarla.
A menudo, los que tienen los «peores» pasados son los mejores cristianos y cónyuges.
2. Busca dominio propio.
El dominio propio, como propósito de glorificar a Dios y servir a otros, es uno de los indicadores más fuertes de carácter cristiano.
Todo el mundo tiene un desliz y dice algo malo (culpable) o come demasiado helado después de la cena (culpable de nuevo). Pero tener un patrón de no ejercer dominio propio a lo largo de un espectro de áreas de carácter debería ser una bandera roja. Piensa dos veces antes de casarte con alguien que no puede refrenar su lengua, apetito o deseos sexuales.
Considera dos áreas.
Pornografía: Los hombres o mujeres cristianos adictos a la pornografía necesitan saber que son amados por el Dios trino, que hay decenas de consejeros, pastores y recursos listos para ayudarles, y que, a través del esfuerzo impulsado por la gracia y el poder del Espíritu Santo, pueden matar este pecado autodestructivo.
Pero por ahora, no están listos para casarse.
No te cases con alguien que es adicto a la pornografía y no le creas si te promete que la dejará una vez que estés casado.
Ira injusta: El noviazgo y el compromiso conllevan un nivel exagerado de incomodidad y tensión, por lo que es normal mostrar enojo o irritación ocasional. Pásalo por alto y sigue adelante. Pero ¿si te levantan la voz con frecuencia? La historia es diferente. Considera la posibilidad de terminar la relación. Lo normal es que nos comportemos lo mejor posible durante el noviazgo y luego en el matrimonio nos mostremos tal como somos. Cualquier preocupación con la elección de palabras que escuches ahora, solo se magnificará cuando estés casado.
Una persona que lucha permanentemente con el dominio propio no está lista para el matrimonio.
3. Busca alguien que camine con Dios.
Las citas cristianas en línea son una forma viable de conocer a un cónyuge. Palabras clave como «cristiana» o «amo a Jesús» en su biografía pueden iniciar un diálogo para tener una cita, pero no entres en una relación de noviazgo con alguien solo porque dice que es cristiano.
La santidad personal parece un requisito obvio, pero una razón menos obvia para casarse con una persona piadosa es que, para bien o para mal, las personas casadas se contagian mutuamente.
Si eres activo en la oración, la participación en la iglesia y la lectura de la Biblia cuando eres soltero, pero te casas con alguien que no lo es, tu vida espiritual se verá afectada. Las personas que están en nuestros hogares moldean lo que hacemos.
Por otro lado, si te casas con alguien que obviamente ama a Jesús y quiere crecer en la santificación, entonces la devoción de tu cónyuge elevará la tuya.
4. Busca una persona gozosa.
La autocompasión es una enfermedad. Todos conocemos a personas que se hacen las víctimas, que están convencidas de merecer una vida mejor. Esa autocompasión absorbe el gozo de la vida y absorberá el tuyo.
Un pastor dio una vez un consejo a su hija el día de su boda: «No dejes que las penas de la vida te impidan tener gozo». Este consejo es oro.
El pecado personal, el drama familiar, la crianza de los hijos, las luchas financieras y todos los demás efectos de vivir en un mundo caído significan que hay cientos de enemigos diferentes que tratan de matar tu gozo. La depresión es real. El lamento y la pena no son solo normales; son saludables. Hay momentos para clamar a Dios y ayudarnos el uno al otro a sufrir bien. Pero incluso en el dolor más profundo, los cristianos tienen miles de razones para tener gozo en Dios.
El pueblo de Dios no debería caracterizarse por falta de gozo durante todo el año. Cásate con una persona que tenga optimismo, que sabe cómo celebrar. Cásate con una persona que te llene de energía y con la que sea divertido estar. Tu cónyuge debe tomarse en serio a Jesús, pero no a sí mismo.
Siempre te casas con la persona equivocada
¿Te preocupa tomar la decisión equivocada? Anímate: lo harás.
Todo el mundo se casa con la persona equivocada. Todo el mundo se equivoca por culpa del pecado. Pero una visión robusta de la depravación total y una firme comprensión de la providencia, no significa que debas tener estándares bajos para elegir con quién te vas a casar. Busca el consejo de personas casadas que sean de confianza y sean piadosas. No dejes que un buen deseo de casarte te impida pensar racionalmente en las debilidades (y sus potenciales consecuencias) de un posible cónyuge.
David Kaywood