Lucas 11:28
Las personas pueden buscar todo tipo de ayuda para la curación emocional. Podemos buscar libros o materiales audiovisuales, grupos pequeños en la iglesia, terapia individual o grupal, o recursos en línea. Estas cosas pueden ser efectivas, pero una cosa que puedo garantizar que siempre traerá salud y fortaleza al alma es la Palabra de Dios. Cuando estudiamos, creemos y obedecemos la Palabra, ocurren transformaciones asombrosas en nuestro interior. No importa lo que hagamos, nunca satisfará completamente nuestras necesidades si no está basado en la Palabra de Dios. Conozco personas que han gastado miles de dólares en terapias y programas de tratamiento que afirman poder cambiar sus vidas, pero la sanidad y la liberación que necesitaban no llegaron hasta que hicieron de Jesús su Señor y Salvador y comenzaron a seguir Su camino hacia la libertad y la paz. plenitud al obedecer la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios está llena de promesas para aquellos que actúan de acuerdo con lo que Él dice que hagan, y estas promesas son para todos los que creen y ponen su confianza en Él. Solo piensa en estas promesas de las Escrituras:
• “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los quebrantados de espíritu” (Salmo 34:18 NVI).
• "No temas porque yo estoy con vosotros; no desmayes, porque yo soy tu Dios; Te fortaleceré, te ayudaré, te sostendré con mi diestra justa” (Isaías 41:10 NVI).
• “'Porque los montes se moverán y las colinas se moverán, pero mi misericordia no se apartará de ti, y mi pacto de paz no se romperá', dice el SEÑOR que tiene compasión de ti” (Isaías 54:10). ESV).
• “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros, dice Jehová, planes de bienestar y no de mal, para daros un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11 NVI).
• “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28–29 NVI).
• “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6–7 NVI).
El deseo y la meta de todo aquel que sufre es ser sanado. Cuando tenemos dolor, ¡no hay nada que deseemos más que salir de él! Conocer y creer en las promesas de Dios es el mejor lugar para comenzar. No tienes que construir el resto de tu vida sobre el dolor del pasado. ¡Puedes empezar hoy a construirlo sobre las promesas de Dios!