Vivir pensando en la eternidad en nuestro peregrinaje en esta tierra, es sabio.
Tener presente que todo lo que hoy tenemos y vivimos es temporal, en esto se incluyen los momentos felices y los difíciles , eso amplia nuestra perspectiva y nos ayuda a priorizar nuestras disciplinas espirituales, y los asuntos importantes para Dios, empiezan a ser importantes para nosotros, por mencionar algunos tenemos : una vida de adoración e integridad, una crianza piadosa y respetuosa, la ética para el trabajo, el servicio dentro y fuera del templo, la comunión con los hermanos en la fe y la extensión del evangelio, encabezan la lista, mientras que la riqueza, la fama, la salud y el poder, pasan a un segundo plano.
La gracia de Dios nos enseña que en los mejores momentos de la vida, debemos estar preparados para morir y en medio de los sufrimientos mas grandes estar preparados para vivir y resurgir, nuestra mente finita jamás podría haberlo imaginado, solo conociéndole por medio de su palabra podemos aceptar la voluntad de Dios gustosos y con corazón humilde. Al estudiar el libro de Job, podemos encontrar que empieza a perder el gusto de vivir a causa de todas sus tristezas y anhelando la muerte como forma de huida, todo esto crea una barrera para entender el propósito de Dios, y era difícil reconocer que la tierra esta llena de la bondad de Dios, aunque este repleta de la maldad del hombre.
Job 3:22 -26 ¡Qué bendito alivio reciben al fin al morir! 23 ¿Por qué dejar que nazca un hombre si Dios lo ha de encerrar en una vida de incertidumbre y frustración? 24 Los suspiros no me dejan comer; mis gemidos se derraman como agua. 25 Lo que siempre temí me ha sobrevenido. 26 No encuentro paz ni sosiego; no hallo reposo, sino sólo agitación».
Mientras estemos en la tierra, debemos perseverar en nuestro pensamiento en la eternidad, para que el pecado y los problemas no nos desconcentren de lo que Dios tiene preparado para los que le amamos. No es necesario morir para encontrar reposo, confiar en Jesús y obedecerlo nos produce descanso, así en el mundo tengamos aflicción. 1 Corintios 2:9 Pero, así está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado y nadie ha imaginado lo que Dios tiene preparado para aquellos que lo aman».
Desear morir solo para estar libres de los problemas de esta vida tiene sabor a corrupción, pero desear morir por causa de Cristo, anunciándole y sirviéndole es la evidencia de la gracia.
Alcanzada por su gracia
Sharon Sáenz.