Vv. 20—22. En esta ocasión Jacob formuló un solemne voto. Obsérvese lo siguiente: —1. La fe
de Jacob. Él confía que Dios estará con él y que le guardará; él confía en esto. —2. La moderación
de Jacob en sus deseos. No pide ropa suave ni carne exquisita. Si Dios nos da mucho, tenemos que
estar agradecidos y usarlo para Él; si nos da poco, tenemos que estar contentos y disfrutar
alegremente de Él en lo poco. —3. La piedad de Jacob y su consideración de Dios, que se ven en lo
que deseó, que Dios estuviera con Él y le guardara. No tenemos que desear más para que nos haga
cómodos y felices. También su resolución es aferrarse al Señor como su Dios del pacto. Cuando
recibimos más que la gracia común de Dios, debemos abundar en gratitud para Él. El diezmo es una
proporción adecuada para consagrar a Dios y emplearla para Él aunque puede ser más o menos,
según Dios nos prospere, 1 Corintios xvi, 2. Entonces, ¡recordemos nuestros Beteles, cómo estamos
comprometidos por votos solemnes a rendirnos al Señor, para tomarlo por nuestro Dios y consagrar
todo lo que tenemos y somos para su gloria!