Estudio Biblico
Este pasaje nos relata el nacimiento de Jacob y Esaú, ambos hijos de Isaac. Isaac, hijo de Abraham y ambos herederos de las promesas de Dios. ¿Cuál era la promesa para estos patriarcas? Serían una gran nación. Para ello necesitaban hijos, porque sin ellos no podían cumplir ese propósito.
Quiero hablarles de tres aspectos importantes en la vida de estos personajes:
I. El primer aspecto importante es que las luchas son un proceso de casi toda la vida.
“22Pero como los niños luchaban dentro de su vientre…” Aparte que por 20 años lucharon por tener un hijo. Ahora la lucha estaba dentro del vientre de esta mujer. Pero sus hijos también tuvieron que aprender a luchar y vemos por ej. A un Jacob que casi toda su vida se convirtió en una lucha (Luchó con Dios, luchó con su hermano, luchó por su esposa: 14 años) Él aprendió que debía dar la pelea si quería conseguir todo lo que quería. Que debía esforzarse y ser muy valiente.
Es común escuchar personas a las cuales, les preguntan cómo están y dicen: “en luchas” Y es cierto, porque en algún aspecto de nuestra vida vamos a tener que estar enfrentando alguna lucha. Todos sin excepción alguna en este momento podemos estar librando una lucha en algún área de nuestra vida. Jesús lo dijo Juan 16: 33 NTV: “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.”
II. El segundo aspecto que vemos en la vida de Rebeca es que a causa de su lucha no quiso vivir más.
“22Pero como los niños luchaban dentro de su vientre, ella se preguntó: «Si esto va a seguir así, ¿para qué sigo viviendo?» rebeca no quería vivir porque estaba sufriendo mucho, tenía muchos dolores por causa de esta lucha en su vientre. Pero ella en su lucha por no querer seguir más, buscó una respuesta en Dios y Dios se la concedió.
Cuando las luchas se intensifican es porque algo se está gestando. El tamaño de la lucha viene en proporción del tamaño del propósito. Entre más grande el propósito más grande es la lucha. Y hoy el Señor te habla algo aquí. Cuando pasas por momentos angustiosos no quieres seguir más. Pero el Señor te dice que no desmayes, que no abandones el sueño que Él ha colocado en tú vida. Es el tiempo de continuar tú camino, la gente te puede decir que no tiene sentido seguir, pero tú corazón te dice continua creyendo porque algo está a punto de suceder.
III. Y por último, el tercer aspecto que podemos notar es que un gran nacimiento va precedido de una lucha intensa.
“24Cuando le llegó el momento de dar a luz, resultó que en su seno había mellizos”. Cuando rebeca estaba pasando por los días más críticos de su embarazo. Ahí supo que la lucha que estaba pasando era porque en su vientre había mellizos. Nota algo interesante, pidieron uno y Dios les dio por partida doble.
Génesis 1: 2 dice que la tierra estaba desordenada y vacía pero el Espíritu de Dios se movía… y vino la luz. Esa palabra movía en el original hebreo quiere decir aletear, empollar y significa que hay algo que está a punto de dar a luz. En otras palabras, cuando hay ese caos, ese desorden, esa oscuridad; es porque el Espíritu de Dios está a punto de moverse y de empollar algo nuevo de parte de Dios a tú vida.
Para reflexionar: ¿Será que estas dispuesto a luchar, a dar la pelea e incluso a llorar por ver todo lo que Dios te ha prometido cumplido?
25:20 y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel arameo de Padan-aram, hermana de Labán arameo.
25:21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.
25:22 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová;
25:23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.
25:24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
25:25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.
25:26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.