Estudio Biblico
LA PALABRA DE DIOS DICE QUE DEBEMOS ANDAR POR FE, no por vista (2 Co 5.7).
Eso significa que no somos capaces de saber lo que nos espera, pero podemos confiar en el Dios que sí lo sabe. Abraham es un buen ejemplo y debemos seguir sus pasos. Cuando fue llamado a dejar su patria y su familia para ir a una tierra que Dios le mostraría, Abraham obedeció. Hebreos 11.8 añade: “Salió sin saber a dónde iba”. Ese es básicamente un resumen de la vida del cristiano.
Cada día nos enfrentamos a lo desconocido, pero confiamos en el Señor para que nos guíe. Como no conocemos los detalles, nuestro camino con Dios puede parecer desconcertante. Es entonces cuando estamos tentados a confiar en nuestros propios sentimientos, percepciones y razonamientos. Pero a veces Él nos pone en ciertas situaciones para enseñarnos a confiar en Él incluso cuando no sabemos a dónde vamos y no podemos ver el resultado.
El Señor quiere que dejemos de lado nuestras antiguas maneras de ver las cosas y que, en cambio, andemos por fe. Esto puede parecer arriesgado, pero he aquí por qué es absolutamente razonable: Aquel que nos guía tiene pleno conocimiento del futuro y el poder de hacer que todo lo que nos acontezca sea para nuestro bien.
12:2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
12:4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
12:5 Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.
12:6 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.
12:7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.
12:8 Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová.
12:9 Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev.