Gálatas 4:17-19
¿De qué celo habla Pablo?” La palabra griega “dselos” viene de una raíz que significa: “estar caliente, entrar en ebullición”; como si fuera el rostro de un hombre apasionado. Puede provenir de diversos sentimientos, desde el amor desinteresado hasta la sórdida envidia. Y parece ser a esta última acepción a la cual se refiere Pablo aquí, cuando está diciendo a los gálatas, que tengan cuidado y prudencia con los judaizantes.
¿Y quiénes eran los judaizantes? Según John Macarthur, “ellos esparcieron la enseñanza peligrosa de que los gentiles (los que no eran judíos de nacimiento), primero debían de convertirse en prosélitos judíos y someterse a toda la ley mosaica, antes de que pudieran convertirse en cristianos” Básicamente, a lo que les invitaban era a desechar lo hecho en la cruz por Jesús. ¡Cuántas veces nuestra vida cristiana se torna nebulosa cuando damos oído a mensajes, personas que niegan, a veces de manera franca, a veces veladamente, la palabra de gracia de nuestro Dios!
No sé si hoy en día haya judaizantes, pero estoy segura de que hay mucha falsa enseñanza, torcida, que lo que busca es crear confusión los cristianos, sugiriendo y enseñando que la cruz no es suficiente. Que nosotros tenemos, debemos de hacer algo más para alcanzar salvación. Que no es imposible que sólo con fe seamos salvos. Que hay rituales por hacer, sanidades por las cuales pagar y cielo por asegurar a través de nuestro dinero.
Pablo con tristeza, pero con firmeza, sale en defensa de sus gálatas insensatos, y les comparte el dolor que significa ver a los cristianos extraviarse en caminos que no llevan a Jesús, pero sufre sabiendo que lo que Dios comienza, lo termina. Cristo siendo formado en nosotros. Día a día, por nuestra mente que está siendo cambiada y tocada por la palabra de Dios, por esa palabra que cambia nuestra vida y por la oración de fe que agradece que Cristo esté siendo replicado en nosotros.