Estudio Biblico
2:7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.
2:8 Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
2:9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro.
2:10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.