Vv. 21, 22. El Señor iba delante de ellos en una columna, como presencia de la Majestad Divina.
Cristo estaba con la iglesia del desierto, 1 Corintios x, 9. A quienes Dios lleva a un desierto, Dios
nos los abandonará ni los dejará perderse allí, sino que se cuidará de guiarlos en la travesía. Fue una
gran satisfacción para Moisés y para los israelitas piadosos tener la seguridad de estar bajo la
dirección divina. Quienes tienen como fin la gloria de Dios, como regla la palabra de Dios, como
guía de sus afectos al Espíritu de Dios, y a la providencia de Dios como guía de sus asuntos, pueden
estar seguros de que el Señor va delante de ellos, aunque no lo puedan ver con sus ojos: ahora
debemos vivir por fe. —Cuando Israel marchaba, la columna iba adelante y señalaba el lugar para
acampar, según lo estimara conveniente la Sabiduría Divina. De día los resguardaba del calor y por
la noche les daba luz. —La Biblia es lámpara a nuestros pies, y lumbrera a nuestro camino, la que en
su amor nos ha dejado el Salvador. Da testimonio de Cristo. Para nosotros es como la columna para
los israelitas. Escuchad la voz que clama: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en
tinieblas sino que tendrá la luz de la vida, Juan viii, 12. Sólo Jesucristo es el Camino, la Verdad y la
Vida, Juan xiv, 6, según lo muestra la Biblia y lo recomienda el Espíritu Santo al alma en respuesta a
la oración.