JOHN PIPER
Si la esposa es más madura espiritualmente que su esposo, ¿cómo puede el esposo liderarla espiritualmente? No es una situación poco común. No es una pregunta poco común en la bandeja de entrada, y es lo que sigue en un correo electrónico de un joven. «Pastor John, ¡hola! ¿Cómo puedo liderar a mi esposa espiritualmente cuando ella es más madura espiritualmente que yo? Me convertí en un verdadero seguidor de Cristo años después que mi esposa, y su madurez espiritual es mucho mayor a la mía. Durante la mayor parte de mi matrimonio he sido un líder deficiente de mi familia, sobre todo en asuntos espirituales. Pero por la gracia de Dios estoy creciendo en mi fe, poco a poco estoy empezando a tomar las riendas del liderazgo en mi familia. El discernimiento, el deseo y la dependencia del Señor de mi esposa son ejemplos increíbles, y a menudo le pido consejo y discernimiento en mi búsqueda y lectura de las Escrituras. ¿Cómo puedo liderarla mejor?».
Empecemos con los fundamentos: Llegaré a respuestas muy específicas a la pregunta sobre cómo liderar a una mujer que está adelantada a ti de esta manera. Pero creo que mucho más importante que esas sugerencias particulares es tener los fundamentos claros.
Oculto, pero ahora revelado
Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio Él mismo por ella (Ef 5:23-25).
Todo eso es muy, muy radical en todas las culturas del planeta Tierra. Es una restauración de lo que Dios estableció en el jardín del Edén y una transformación del desastre en que se convirtió la relación después de la caída. Recupera lo que Dios diseñó originalmente, y redime lo que se arruinó en ese diseño por el pecado. Ese es el objetivo de Efesios 5: restablece el liderazgo, y transforma ese liderazgo modelándolo en el amor de Cristo por Su iglesia.
Cuando Pablo termina en Efesios 5, describiendo la relación del esposo y la esposa en esta dinámica recuperada y renovada, dice en el versículo 32: «Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia». Así pues, el misterio del matrimonio se refiere a Cristo y a la iglesia. La razón por la que llama al matrimonio un misterio no es que no se pueda entender, sino que se mantuvo en secreto durante miles de años, y ahora se ha revelado más plenamente en relación con Jesús y Su iglesia.
En otras palabras, el secreto de que el matrimonio humano toma como modelo la relación venidera entre el Hijo de Dios encarnado, crucificado y resucitado y Su novia comprada con Su sangre, la iglesia, es misterioso. Ese es el significado del misterio o del secreto. En el Antiguo Testamento había indicios de este misterio, porque Dios se llamaba a Sí mismo el esposo de Israel. Pero este modelo completo de Cristo y la iglesia es una revelación nueva y muy radical en todas las culturas del planeta.
La visión de Cristo y Su iglesia
La razón por la que llamar al matrimonio un misterio es relevante aquí es porque nos dice que cuando Dios creó al hombre como varón y hembra, ya tenía en mente a Jesucristo y Su iglesia como el modelo para Adán y Eva y para todos los matrimonios venideros. Esto significa que la sabiduría de Dios creó al hombre y a la mujer de tal manera, con tales naturalezas masculinas y femeninas, que en sus manifestaciones más piadosas, se regocijarían y florecerían en la vivencia de un liderazgo como el de Cristo y una sumisión como la de la iglesia. Él los hizo así; ese es el misterio. Fue el modelo desde el principio.
El llamado distintivo de cada uno de ellos encajaría con el diseño con el que fueron creados. El llamado encajaría con el diseño. Estarían adaptados perfectamente a esta dinámica de liderazgo y sumisión. En otras palabras, llamar a esta relación un misterio en Efesios 5 nos asegura que el diseño de Dios para el hombre y la mujer, desde el principio, incluía este destino glorioso de que el hombre hiciera eco de Cristo en su papel de esposo, y la mujer hiciera eco de la iglesia en su papel de esposa.
Gobernados por sabiduría infinita
Una de las razones por las que hago énfasis en esto es que quiero que tengas un sentido claro de por qué estás llamado a liderar a tu esposa, incluso cuando ella es superior a ti en aspectos significativos. ¿En qué está arraigado tu llamado a liderar? Porque si no lo tienes claro, probablemente te desentiendas de esto y digas: «Bueno, no tiene sentido tratar de hacerlo».
No quiero que digas: «Bueno, la razón por la que estoy llamado a liderar es porque estoy llamado a liderar». Hay mucha gente hoy en día que más o menos adopta esa postura: los hombres deben liderar sus familias por el hecho de que los hombres deben liderar sus familias. O para decirlo de otra manera: Dios dice en la Biblia que los hombres deben liderar sus familias, porque los hombres deben liderar sus familias.
Quiero disuadirte de pensar que Dios lanzó una moneda al aire en el jardín del Edén cuando estaba decidiendo sobre el liderazgo en el hogar. Quiero animarte a no pensar que Dios dijo: «Bueno, aquí tenemos dos seres humanos que yo he creado. No hay nada en ellos, tal como los he creado, que haga que sea apropiado o especialmente hermoso que uno de los dos sea siempre el líder. No los he hecho así. Nada en sus diferencias masculinas o femeninas hace que sea mejor o más adecuado que uno sea el líder. Pero quiero que alguien sea el líder, así que lancemos una moneda. Cara, Adán lidera. Sello, Eva lidera». Lanza la moneda. Cara, ahí lo tienes. Está establecido para toda la historia y codificado en un libro. Dios lo dijo. «Así es como va a ser porque yo lo digo. He tirado una moneda». No quiero que pienses eso.
Creo que esa noción de por qué debes liderar, porque Dios acaba de lanzar una moneda o Dios lo dijo, deshonra y desacredita la sabiduría de Dios. No creo que Dios decida nada tirando una moneda al aire, nunca, por la sencilla razón de que si lo hiciera, Él controla hacia dónde cae la moneda cada vez. No tiene sentido lanzar la moneda al aire. Dios nunca hace nada caprichosamente o al azar, nunca, porque se rige siempre por Su sabiduría infinita.
«¡Cuán numerosas son Tus obras, oh Señor! Con sabiduría las has hecho todas» (Sal 104:24) Eso es lo que hace. Sus decisiones siempre reflejan la profunda idoneidad y belleza de lo que decide. Eso se aplica a la decisión de que los esposos están llamados a ser los líderes de sus esposas, y ambos estamos capacitados para estos distintos llamados.
Liderar desde abajo
Así que, llegamos a tu pregunta, y señalas que no parece que tú estés especialmente capacitado para el liderazgo, y que ella esté especialmente capacitada para la sumisión. Dices que ella es espiritualmente más madura que tú, y que su discernimiento, deseo, dependencia del Señor son ejemplos maravillosos para ti. Entonces, ¿cómo vas a liderarla? Esta es mi respuesta.
Siendo agradecido y expresando tu gratitud a ella y a los demás por ser tan madura, llena de discernimiento y piadosa como es, y no sintiéndote intimidado o resentido por eso. Esa es tu primera tarea: agradecer con una confianza y exaltación a Cristo por tener una esposa así. Oh, qué regalo.
Además, date cuenta de que lo que hace que tu liderazgo sea adecuado y hermoso no es tu conocimiento superior, ni tu sabiduría superior, ni tu entendimiento superior, ni tus habilidades lingüísticas superiores.
Ella puede estar por delante de ti en todo eso y, sin embargo, la idoneidad de tu liderazgo sigue siendo firme. No niego que el conocimiento y la sabiduría y la capacidad de hablar sean útiles para ejercer el liderazgo, pero no son su esencia. No, no, no, no lo son. Tampoco son la esencia de lo que una mujer piadosa espera en el liderazgo de su marido. La esencia de este llamado de Dios en tu vida como esposo es un sentido maduro y amoroso de que tienes una responsabilidad primordial en la relación.
Un tipo especial de cuidado
Déjame decirlo de nuevo porque ese es el corazón del asunto: la esencia de la idoneidad para tu liderazgo es que sientas el llamado, porque está ahí de parte de Dios para cada hombre, un sentido maduro y amoroso de que tienes una responsabilidad primaria por esta relación, especialmente el florecimiento de la vida espiritual de la relación. Debes sentir una carga exclusivamente masculina de que la responsabilidad de que esta relación funcione recae sobre ti. Cuando algo no funciona en esta relación, sientes la responsabilidad primaria de arreglarlo, incluso si ella tiene la sabiduría para arreglarlo y le pides que la use.
Dios creó a los hombres para que lleven esta carga de responsabilidad primaria madura, amorosa y semejante a la de Cristo en la relación. Ella tiene sus responsabilidades, pero tú tomas la iniciativa especial y llevas la responsabilidad primaria ante Dios de que el patrón de Dios se cumpla gozosamente. Ese es tu llamado. No depende de ser su superior; depende de la fe, del valor, de la iniciativa y del sacrificio.