Vv. 22—26. Mientras más sigamos lo que es bueno, más rápido y más lejos huiremos de lo
malo. Mantener la comunión de los santos nos sacará de la comunión con las obras infructuosas de
las tinieblas. Nótese cuán a menudo el apóstol advierte contra los debates en la religión; lo cual
demuestra con seguridad que la religión consiste más en creer y practicar lo que Dios requiere que
en disputas sutiles. Son ineptos para enseñar los que son dados a esforzarse, y son fieros y osados.
Enseñanza, no persecución, tal es el método de las Escrituras para tratar a los que están en error. —
El mismo Dios que da la revelación de la verdad, por su gracia nos lleva a reconocerlo, de lo
contrario nuestros corazones seguirían rebelándose contra ello. No existe el “por si acaso” en cuanto
a que Dios perdone a los que se arrepienten, pero no podemos decir que dará arrepentimiento a los
que se oponen a su voluntad. —Los pecadores son metidos en una trampa, y en la peor trampa,
porque es del diablo; ellos son sus esclavos. Si alguno anhela liberación, que recuerde que no puede
escapar excepto por arrepentimiento, que es la dádiva de Dios; que debemos pedirlo a Él con oración
fervorosa y perseverante.