Comentario de Matthew Henry | 1 Samuel 2:11-26 | 0 | 1819
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Comentario 1ª Samuel 2:11-26. La maldad de los hijos de Elí—El ministerio de Samuel. - 1 Samuel 2:11-26

Estudio Biblico

Vv. 11—26. Por estar consagrado al Señor de manera especial, Samuel fue desde niño empleado
en el santuario para los servicios que era capaz de realizar. Como hizo esto con una santa disposición
mental, fue llamado a ministrar al Señor. Recibió una bendición del Señor. Él capacita a los jóvenes
que sirven a Dios lo mejor que pueden, para que mejoren y le sirvan mejor. —Elí evitaba los
problemas y el esfuerzo, cosa que lo llevó a educar mal a sus hijos y no usó la autoridad paternal
para restringirlos y corregirlos cuando eran niños. Hacía la vista gorda ante los abusos del servicio
del santuario hasta que se le volvió costumbre, lo que condujo a abominaciones; sus hijos, que
debieron ser ejemplo de lo que era bueno a quienes estaban dedicados al servicio del santuario, los
llevaban a la maldad. La ofensa alcanzaba aun a la ofrenda de los sacrificios por los pecados, ¡que
eran un tipo de la expiación hecha por el Salvador! Los pecados contra el remedio, la expiación
misma, son los más peligrosos, porque pisotean la sangre del pacto. —La reprensión de Elí era
demasiado suave y amable. En general, nadie más abandonado que los hijos degenerados de las
personas santas cuando rompen todos los frenos.

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PASAJE BIBLICO

1 Samuel 2
2:11 Y Elcana se volvió a su casa en Ramá; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí.

2:12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.

2:13 Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes,

2:14 y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo.

2:15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

2:16 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.

2:17 Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová.

2:18 Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino.

2:19 Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado.

2:20 Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa.

2:21 Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.

2:22 Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión.

2:23 Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes.

2:24 No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová.

2:25 Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir.

2:26 Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres.

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