Aferrarse a la esperanza es difícil cuando las circunstancias son lúgubres y no muestran señal de mejoría. Esto puede ser desalentador cuando sabemos que nuestro Dios Todopoderoso podría remediar la situación y concedernos nuestros sueños, pero no lo ha hecho.Quizás así se sentía Ana. Tenía el corazón destrozado porque el Señor “no le había concedido tener hijos” (1 S 1.5). Esto, por sí solo, era motivo de gran oprobio para una mujer hebrea de aquella época. Pero Ana sufría aún más por la provoc... Ver Mas
Todos alguna vez hemos tenido que pasar por un tiempo de silencio por parte del Señor. La Biblia dice que “Dios calla de amor” y en la Palabra encontramos numerosos ejemplos de hombres y mujeres de Dios que tuvieron que pasar por este “valle de silencio”. El caso que nos compete hoy, es el caso de una mujer atribulada. Una mujer que llevaba años esperando pacientemente por una respuesta de Dios, Ana era estéril y Con respecto a esto, ¿Qué significa para una mujer que le digan que no puede tene... Ver Mas
PASAJE BIBLICO
1 Samuel 1
1:1 Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
1:2 Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
1:3 Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.
1:4 Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte.
1:5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos.
1:6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos.
1:7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.
1:8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?