En 1 Corintios 7: 3-5 (ESV), el apóstol Pablo comparte mucha gran instrucción. Él dice:
El esposo debe dar a su esposa sus derechos conyugales, y también la esposa a su esposo. Porque la esposa no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, pero el esposo sí. Asimismo, el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, pero la esposa sí .
No se priven unos a otros, excepto quizás por acuerdo por un tiempo limitado, para que puedan dedicarse a la oración; pero luego únanse de nuevo, para que Satanás no los tiente debido a su falta de dominio propio .
Esto es muy práctico. Pablo está diciendo que no es prudente que un hombre o una mujer niegue a su cónyuge con demasiada frecuencia porque eso provocará otros problemas. Claro, habrá momentos en que una persona esté enferma, demasiado cansada o no de humor, y eso es de esperar. Pero si siempre es así, es posible que haya otros problemas que deban abordarse.
La verdad es que usted y su cónyuge tienen necesidades. Habrá momentos en los que quizás no te apetezca mucho tener intimidad, pero lo harás de todos modos porque amas a tu pareja y quieres que te ayude a satisfacer sus necesidades. Y esto funciona en ambos sentidos.
Ahora bien, esto no significa que su cónyuge tenga total autoridad sobre su cuerpo y pueda hacer lo que quiera, en cualquier momento que le plazca. Pero Pablo está haciendo un punto de que deberíamos estar dispuestos a estar allí para nuestro cónyuge, incluso a veces cuando no necesariamente tenemos ganas.
Puedes hablar con Dios sobre todo
Hay muchas personas que nunca han pensado en orar y hablar con Dios sobre esta área de su matrimonio. Pero Dios está interesado en ayudarte con cada área de tu vida, incluido el sexo y la intimidad. Quiere ayudarlo con cada pregunta, problema o dificultad que pueda tener.
Si su matrimonio no es tan saludable como podría ser en esta área, le animo a que abra las líneas de comunicación con su cónyuge y con Dios. Entregue su situación al Señor y pídale que lo dirija y lo guíe. Puede haber problemas que haya ignorado durante años, ¡pero no deje que eso lo detenga! Dios puede sanar y fortalecer cualquier área de nuestra vida si buscamos Su ayuda.
A medida que pasan los años en un matrimonio, sé que esta puede ser un área que se deja de lado. Pero le animo a que tome medidas decididas para aumentar la intimidad con su cónyuge. Elija ver el sexo y la intimidad como un regalo de Dios para agregar más alegría y diversión a su matrimonio. Al hacerlo, fortalecerá su relación y disfrutará de un vínculo más estrecho que nunca.