8:2 En las alturas junto al camino, A las encrucijadas de las veredas se para;
8:3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, A la entrada de las puertas da voces:
8:4 Oh hombres, a vosotros clamo; Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.
8:5 Entended, oh simples, discreción; Y vosotros, necios, entrad en cordura.
8:6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes, Y abriré mis labios para cosas rectas.
8:7 Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios.
8:8 Justas son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
8:9 Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables a los que han hallado sabiduría.
8:10 Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido.
8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
8:12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura, Y hallo la ciencia de los consejos.
8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.
8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder.
8:15 Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia.
8:16 Por mí dominan los príncipes, Y todos los gobernadores juzgan la tierra.
8:17 Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan.
8:18 Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia.
8:19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida.
8:20 Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio,
8:21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad, Y que yo llene sus tesoros.
8:22 Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras.
8:23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.
8:24 Antes de los abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
8:25 Antes que los montes fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;
8:26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo.
8:27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
8:28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
8:29 Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
8:30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
8:31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
8:32 Ahora, pues, hijos, oídme, Y bienaventurados los que guardan mis caminos.
8:33 Atended el consejo, y sed sabios, Y no lo menospreciéis.
8:34 Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas.
8:35 Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová.
8:36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte.