Palabra Clave: pies
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Genesis 18:4. Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
Genesis 19:2. y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche.
Genesis 24:32. Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían.
Genesis 43:24. Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies, y dio de comer a sus asnos.
Genesis 49:10. No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.
Genesis 49:33. Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró, y fue reunido con sus padres.
Exodo 3:5. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Exodo 4:25. Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre.
Exodo 12:9. Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas.
Exodo 12:11. Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová.
Exodo 24:10. y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno.
Exodo 29:20. Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el lóbulo de la oreja de sus hijos, sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y sobre el dedo pulgar de los pies derechos de ellos, y rociarás la sangre sobre el altar alrededor.
Exodo 30:19. Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies.
Exodo 30:21. se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.
Exodo 39:23. con su abertura en medio de él, como el cuello de un coselete, con un borde alrededor de la abertura, para que no se rompiese.
Exodo 40:31. Y Moisés y Aarón y sus hijos lavaban en ella sus manos y sus pies.
Levitico 8:24. Hizo acercarse luego los hijos de Aarón, y puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor.
Levitico 13:12. Mas si brotare la lepra cundiendo por la piel, de modo que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el sacerdote,
Deuteronomio 4:35. A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.
Deuteronomio 28:57. al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
Josue 3:13. Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.
Josue 3:15. cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega),
Josue 4:3. y mandadles, diciendo: Tomad de aquí de en medio del Jordán, del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales pasaréis con vosotros, y levantadlas en el lugar donde habéis de pasar la noche.
Josue 4:9. Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto; y han estado allí hasta hoy.
Josue 4:18. Y aconteció que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes estuvieron en lugar seco, las aguas del Jordán se volvieron a su lugar, corriendo como antes sobre todos sus bordes.
Josue 5:15. Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.
Josue 9:5. y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.
Josue 10:24. Y cuando los hubieron llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que habían venido con él: Acercaos, y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
Jueces 1:6. Mas Adoni-bezec huyó; y le siguieron y le prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies.
Jueces 1:7. Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le llevaron a Jerusalén, donde murió.
Jueces 3:24. Cuando él hubo salido, vinieron los siervos del rey, los cuales viendo las puertas de la sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano.
Jueces 5:27. Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido; Entre sus pies cayó encorvado; Donde se encorvó, allí cayó muerto.
Jueces 19:21. Y los trajo a su casa, y dio de comer a sus asnos; y se lavaron los pies, y comieron y bebieron.
Rut 3:4. Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.
Rut 3:7. Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.
Rut 3:8. Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies.
Rut 3:14. Y después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los hombres pudieran reconocerse unos a otros; porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.
1 Samuel 2:9. El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza.
1 Samuel 14:13. Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba.
1 Samuel 24:3. Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.
1 Samuel 25:24. y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.
1 Samuel 25:41. Y ella se levantó e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, que será una sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor.
2 Samuel 2:18. Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Este Asael era ligero de pies como una gacela del campo.
2 Samuel 3:34. Tus manos no estaban atadas, ni tus pies ligados con grillos; Caíste como los que caen delante de malos hombres. Y todo el pueblo volvió a llorar sobre él.
2 Samuel 4:4. Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset.
2 Samuel 4:12. Entonces David ordenó a sus servidores, y ellos los mataron, y les cortaron las manos y los pies, y los colgaron sobre el estanque en Hebrón. Luego tomaron la cabeza de Is- boset, y la enterraron en el sepulcro de Abner en Hebrón.
2 Samuel 9:3. El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.
2 Samuel 9:13. Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
2 Samuel 11:8. Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real.
2 Samuel 15:30. Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían.
2 Samuel 19:24. También Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz.
2 Samuel 21:20. Después hubo otra guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era descendiente de los gigantes.
2 Samuel 22:10. E inclinó los cielos, y descendió; Y había tinieblas debajo de sus pies.
2 Samuel 22:34. Quien hace mis pies como de ciervas,Y me hace estar firme sobre mis alturas;
2 Samuel 22:37. Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
2 Samuel 22:39. Los consumiré y los heriré, de modo que no se levanten; Caerán debajo de mis pies.
1 Reyes 2:5. Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies.
1 Reyes 2:32. Y Jehová hará volver su sangre sobre su cabeza; porque él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá.
1 Reyes 5:3. Tú sabes que mi padre David no pudo edificar casa al nombre de Jehová su Dios, por las guerras que le rodearon, hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies.
1 Reyes 14:6. Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? He aquí yo soy enviado a ti con revelación dura.
1 Reyes 15:23. Los demás hechos de Asa, y todo su poderío, y todo lo que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Mas en los días de su vejez enfermó de los pies.
2 Reyes 4:27. Luego que llegó a donde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado.
2 Reyes 4:37. Y así que ella entró, se echó a sus pies, y se inclinó a tierra; y después tomó a su hijo, y salió.
2 Reyes 9:35. Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos.
2 Reyes 13:21. Y aconteció que al sepultar unos a un hombre, súbitamente vieron una banda armada, y arrojaron el cadáver en el sepulcro de Eliseo; y cuando llegó a tocar el muerto los huesos de Eliseo, revivió, y se levantó sobre sus pies.
2 Reyes 19:24. Yo he cavado y bebido las aguas extrañas, he secado con las plantas de mis pies todos los ríos de Egipto.
1 Cronicas 20:6. Y volvió a haber guerra en Gat, donde había un hombre de grande estatura, el cual tenía seis dedos en pies y manos, veinticuatro por todos; y era descendiente de los gigantes.
1 Cronicas 28:2. Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía el propósito de edificar una casa en la cual reposara el arca del pacto de Jehová, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya preparado todo para edificar.
2 Cronicas 16:12. En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos.
Nehemias 9:21. Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.
Ester 8:3. Volvió luego Ester a hablar delante del rey, y se echó a sus pies, llorando y rogándole que hiciese nula la maldad de Amán agagueo y su designio que había tramado contra los judíos.
Job 12:5. Aquel cuyos pies van a resbalar Es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas.
Job 13:27. Pones además mis pies en el cepo, y observas todos mis caminos, Trazando un límite para las plantas de mis pies.
Job 18:8. Porque red será echada a sus pies, Y sobre mallas andará.
Job 23:11. Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino, y no me aparté.
Job 29:15. Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo.
Job 30:12. A la mano derecha se levantó el populacho; Empujaron mis pies, Y prepararon contra mí caminos de perdición.
Job 33:11. Puso mis pies en el cepo, Y vigiló todas mis sendas.
Salmos 8:6. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;Todo lo pusiste debajo de sus pies:
Salmos 17:5. Sustenta mis pasos en tus caminos,Para que mis pies no resbalen.
Salmos 18:9. Inclinó los cielos, y descendió;Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
Salmos 18:33. Quien hace mis pies como de ciervas,Y me hace estar firme sobre mis alturas;
Salmos 18:36. Ensanchaste mis pasos debajo de mí,Y mis pies no han resbalado.
Salmos 18:38. Los herí de modo que no se levantasen;Cayeron debajo de mis pies.
Salmos 22:16. Porque perros me han rodeado;Me ha cercado cuadrilla de malignos;Horadaron mis manos y mis pies.
Salmos 25:15. Mis ojos están siempre hacia Jehová,Porque él sacará mis pies de la red.
Salmos 31:8. No me entregaste en mano del enemigo;Pusiste mis pies en lugar espacioso.
Salmos 37:31. La ley de su Dios está en su corazón;Por tanto, sus pies no resbalarán.
Salmos 40:2. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Salmos 47:3. El someterá a los pueblos debajo de nosotros,Y a las naciones debajo de nuestros pies.
Salmos 56:13. Porque has librado mi alma de la muerte,Y mis pies de caída,Para que ande delante de DiosEn la luz de los que viven.
Salmos 58:10. Se alegrará el justo cuando viere la venganza;Sus pies lavará en la sangre del impío.
Salmos 66:9. El es quien preservó la vida a nuestra alma,Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
Salmos 73:2. En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;Por poco resbalaron mis pasos.
Salmos 99:5. Exaltad a Jehová nuestro Dios,Y postraos ante el estrado de sus pies;El es santo.
Salmos 105:18. Afligieron sus pies con grillos;En cárcel fue puesta su persona.
Salmos 110:1. Jehová dijo a mi Señor:Siéntate a mi diestra,Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Salmos 115:7. Manos tienen, mas no palpan;Tienen pies, mas no andan;No hablan con su garganta.
Salmos 116:8. Pues tú has librado mi alma de la muerte,Mis ojos de lágrimas,Y mis pies de resbalar.
Salmos 119:59. Consideré mis caminos,Y volví mis pies a tus testimonios.
Salmos 119:101. De todo mal camino contuve mis pies,Para guardar tu palabra.
Salmos 119:105. Lámpara es a mis pies tu palabra,Y lumbrera a mi camino.
Salmos 122:2. Nuestros pies estuvieronDentro de tus puertas, oh Jerusalén.
Salmos 132:7. Entraremos en su tabernáculo;Nos postraremos ante el estrado de sus pies.
Proverbios 1:16. Porque sus pies corren hacia el mal, Y van presurosos a derramar sangre.
Proverbios 4:26. Examina la senda de tus pies,Y todos tus caminos sean rectos.
Proverbios 5:5. Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol.
Proverbios 6:13. Que guiña los ojos, que habla con los pies, Que hace señas con los dedos.
Proverbios 6:18. El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,
Proverbios 6:28. ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen?
Proverbios 7:11. Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;
Proverbios 19:2. El alma sin ciencia no es buena, Y aquel que se apresura con los pies, peca.
Proverbios 26:6. Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía recado por mano de un necio.
Cantares 5:3. Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?
Cantares 7:1. ¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, Oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro.
Isaias 3:16. Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;
Isaias 6:2. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
Isaias 7:20. En aquel día el Señor raerá con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del río, esto es, con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies, y aun la barba también quitará.
Isaias 20:2. en aquel tiempo habló Jehová por medio de Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve y quita el cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo.
Isaias 23:7. ¿No era ésta vuestra ciudad alegre, con muchos días de antigüedad? Sus pies la llevarán a morar lejos.
Isaias 26:6. La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.
Isaias 28:3. Con los pies será pisoteada la corona de soberbia de los ebrios de Efraín.
Isaias 37:25. Yo cavé, y bebí las aguas, y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de Egipto.
Isaias 41:3. Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado.
Isaias 47:2. Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.
Isaias 49:23. Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.
Isaias 52:7. ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!
Isaias 59:7. Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.
Isaias 60:13. La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies.
Isaias 60:14. Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel.
Isaias 64:1. ¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,
Isaias 66:1. Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?
Jeremias 2:25. Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.
Jeremias 13:16. Dad gloria a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la vuelva en sombra de muerte y tinieblas.
Jeremias 14:10. Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en vagar, y no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad, y castigará sus pecados.
Jeremias 18:22. Oigase clamor de sus casas, cuando traigas sobre ellos ejército de repente; porque cavaron hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido lazos.
Jeremias 38:22. He aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; hundieron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.
Lamentaciones 1:13. Desde lo alto envió fuego que consume mis huesos; Ha extendido red a mis pies, me volvió atrás, Me dejó desolada, y con dolor todo el día.
Lamentaciones 2:1. ¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, Y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su furor.
Lamentaciones 3:34. Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la tierra,
Ezequiel 1:7. Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce muy bruñido.
Ezequiel 2:1. Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.
Ezequiel 2:2. Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
Ezequiel 3:24. Entonces entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.
Ezequiel 20:12. Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
Ezequiel 24:17. Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados.
Ezequiel 24:23. Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.
Ezequiel 32:2. Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas.
Ezequiel 34:18. ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con vuestros pies las que quedan?
Ezequiel 34:19. Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado.
Ezequiel 37:10. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
Ezequiel 43:7. y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más profanará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones, ni con los cuerpos muertos de sus reyes en sus lugares altos.
Daniel 2:33. sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido.
Daniel 2:34. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Daniel 2:41. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
Daniel 2:42. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
Daniel 7:4. La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre.
Daniel 7:7. Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.
Daniel 7:19. Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies;
Daniel 10:6. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.
Amos 2:15. El que maneja el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.
Nahum 1:3. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.
Nahum 1:15. He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo.
Habacuc 3:5. Delante de su rostro iba mortandad, Y a sus pies salían carbones encendidos.
Habacuc 3:19. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas,Y en mis alturas me hace andar.Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas.
Zacarias 14:4. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.
Zacarias 14:12. Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.
Malaquias 4:3. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Mateo 5:35. ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Mateo 10:14. Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
Mateo 12:7. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes;
Mateo 15:30. Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;
Mateo 18:8. Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.
Mateo 18:29. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
Mateo 22:13. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mateo 22:44. Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha,Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
Mateo 24:43. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
Mateo 28:9. he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
Marcos 5:22. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies,
Marcos 5:43. Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
Marcos 6:11. Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad.
Marcos 7:24. Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse.
Marcos 7:25. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies.
Marcos 9:30. Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese.
Marcos 9:45. Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado,
Marcos 12:36. Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies.
Lucas 1:79. Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para encaminar nuestros pies por camino de paz.
Lucas 2:43. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre.
Lucas 7:38. y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Lucas 7:44. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
Lucas 7:45. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
Lucas 7:46. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
Lucas 8:28. Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Lucas 8:35. Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo.
Lucas 8:41. Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;
Lucas 8:47. Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
Lucas 9:5. Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.
Lucas 10:11. Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.
Lucas 10:39. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
Lucas 12:39. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
Lucas 15:22. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
Lucas 17:16. y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
Lucas 20:43. Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Lucas 24:39. Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.
Lucas 24:40. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
Juan 11:2. (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)
Juan 11:32. María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Juan 11:44. Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
Juan 11:57. Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.
Juan 12:3. Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
Juan 13:5. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Juan 13:6. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
Juan 13:8. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Juan 13:9. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
Juan 13:10. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
Juan 13:12. Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?
Juan 13:14. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
Juan 20:12. y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
Hechos 2:35. Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Hechos 3:7. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;
Hechos 4:35. y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
Hechos 4:37. como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.
Hechos 5:2. y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles.
Hechos 5:9. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti.
Hechos 5:10. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.
Hechos 7:33. Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
Hechos 7:49. El cielo es mi trono,Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo?
Hechos 7:58. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Hechos 10:25. Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró.
Hechos 13:25. Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies.
Hechos 13:51. Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio.
Hechos 14:8. Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado.
Hechos 14:10. dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo.
Hechos 16:24. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
Hechos 16:29. El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas;
Hechos 21:11. quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.
Hechos 22:3. Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.
Hechos 26:16. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,
Romanos 3:15. Sus pies se apresuran para derramar sangre;
Romanos 10:15. ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Romanos 16:20. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
1 Corintios 12:21. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
1 Corintios 15:25. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
1 Corintios 15:27. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.
2 Corintios 2:4. Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo.
Efesios 1:22. y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Efesios 6:15. y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
1 Timoteo 5:10. que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra.
Hebreos 1:13. Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
Hebreos 2:8. Todo lo sujetaste bajo sus pies.Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
Hebreos 10:13. de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
Hebreos 12:13. y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
Apocalipsis 1:13. y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
Apocalipsis 1:15. y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
Apocalipsis 1:17. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
Apocalipsis 2:18. Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
Apocalipsis 3:9. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.
Apocalipsis 10:1. Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
Apocalipsis 11:11. Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron.
Apocalipsis 12:1. Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Apocalipsis 13:2. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.
Apocalipsis 19:10. Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
Apocalipsis 22:8. Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.